¿Te ha pasado que tienes que terminar una tarea de trabajo, no sabes cómo empezar y el tiempo se te viene encima?

Justo esto me pasó, te platico cómo lo resolví y al mismo tiempo cómo rompí mi propio récord de entrega. Hay un aliado crucial para el potencial humano, llamado máximo rendimiento humano o Flow.

El miércoles por la tarde tenía una reunión de trabajo y tenía aún pendientes por terminar para poder reportar. Me quedaban unas horas antes de presentar mi trabajo, de modo que esto fue lo que hice. Primero, alejé cualquier distracción de mi alrededor, puse mi celular en silencio, mantuve mi puerta cerrada, tenía un té a mi lado y un vaso con agua por si me daba sed. Y segundo, me puse a trabajar.

Mientras trabajaba me di cuenta de que el tiempo estaba pasando muy extraño. Estaba tan concentrado leyendo que mi sensación del tiempo cambió, para cuando me volví a fijar ya había acabado lo que tenía que hacer y el tiempo se me fue volando. Y estoy seguro de que has vivido una situación similar, quizá en el trabajo o en tu vida diaria. Cada uno en algún punto experimenta esa sensación de suma absorción con la actividad en curso y donde logras terminar algo que parecía imposible.

En los años 70s un científico húngaro de nombre Mihalyi Csikszentmihalyi curioso por conocer más acerca de esta misma experiencia, empezó un viaje en donde entrevistó a músicos, monjes tibetanos, maquiladores de una línea de producción, escaladores de montañas e incluso pastores ovejeros. Él llegó a la conclusión que, aunque cada una de estas personas vivía la experiencia a su manera, se podía concretar en que era la misma experiencia, un estado óptimo de conciencia al que denominó Flow. 

Durante el transcurso de los años Csikszentmihalyi siguió haciendo investigación para descubrir más acerca de la psicología detrás de esta experiencia. Donde entrevistando y haciendo pruebas con atletas profesionales, observó que bajo cierta rutina estricta de entrenamiento y máxima concentración los atletas podían alcanzar a romper récords olímpicos. Además, esta sensación reportada producía un profundo significado, satisfacción y mejoraba la calidad de vida de las personas. Pues los individuos llegaban a concretar metas intrínsecas y mantenían el enfoque en el momento presente.

Hoy en día, neurocientíficos en todas partes del mundo siguen investigando acerca del Flow. Una empresa estadounidense que lleva por nombre Flow Research Collective, ha hecho como su misión decodificar el Flow y entrenar a individuos como tú o como yo, para que podamos alcanzar un estado de alto rendimiento y así recodificar nuestras vidas.

Siendo 2020, se tienen claros componentes fundamentales para alcanzar esta experiencia óptima, por ejemplo, se requiere un balance entre las habilidades que tiene un individuo y la dificultad de la actividad que está realizando, esta actividad tiene que ser solo un 4% más difícil de lo que la persona es capaz de hacer normalmente, de modo que le parezca un reto. También, es importante algo que Czikszentmihalyi denomina personalidad autotélica, lo que significa que la actividad que uno hace, lo hace simplemente por el goce de hacerlo y nada más, la motivación de la persona es interna. Y, por último, debe existir este estado de concentración absoluta sobre lo que se está haciendo.

Para mí, el poder experimentar esta sensación de concentración plena ha sido todo un reto, pues constantemente me distraigo con nuevas ideas u otras actividades. Sin embargo, poco a poco he dejado de pensar en cómo ser más productivo y he pensado en cómo ser más inteligente en cuanto a lo que hago. Esto significa que voy a destinar un tiempo estricto para lo que tengo que hacer y que mi compromiso es destinar mi atención en eso que estoy haciendo al momento. Y si aun así quisiera ser productivo, hay buenas noticias, pues una investigación realizada por McKinsey & Co. reveló que las personas que pueden trabajar en un estado de Flow son 500% más productivas que en un estado ordinario.

Esta experiencia ha significado un profundo cambio en el cómo veo la vida, pues se empieza a poner cada vez más positiva, también me siento más agradecido con las oportunidades que tengo, mis relaciones personales son plenas y mi desempeño está al máximo. Aprendí, que también es importante, para el ciclo de Flow, pensar en cómo recuperar mi energía, en tener un día de relajación y desconectarme de la semana de trabajo.

Al final, es un estado que todos podemos experimentar, ya sea si trabajas frente a una computadora, si trabajas en la industria, si eres profesor, si tocas un instrumento musical, si bailas, si pintas, si juegas fútbol, etc. cada uno de nosotros tiene la capacidad humana de sentirse al máximo y ser lo máximo. 

Todos lo vivimos diferente y mi propuesta es que encuentres esos momentos de atención plena donde puedas concentrarte tranquilamente, en el trabajo o cuando estés en tu casa. Busca esa libertad de usar tu cuerpo y tu mente para crear, para desarrollar y para mostrarte a ti mismo de lo que puedes ser capaz. Poco a poco te darás cuenta que te sentirás invencible, muy conectado contigo mismo y altamente motivado a superar cualquier reto.

Escrito por: Adolfo Caballero

¡Comparte esta entrada, elige tu plataforma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *